miércoles, 17 de octubre de 2007

Evita, en un día especial para el Peronismo

17 de octubre, denominado en Argentina como "el día de la lealtad", se conmemora la manifestación que realizaron varios sectores populares para la liberación de Juan Domingo Perón. Por eso, consideré oportuno publicar algo que había escrito tiempo atrás sobre Evita y su rol en la sociedad.


Evita y el rol de la mujer: ¿Conveniencia o convicción?


El voto femenino impulsado por Eva Perón y sancionado en 1947 después de extensas luchas fue, sin dudas, un cambio profundo en la vida argentina tanto a nivel político como social. ¿Pero se puede hablar un ultrafondo político en las intenciones peronistas o sólo fue la convicción de una mujer que luchaba por la igual en la sociedad?


“Este siglo no pasará a la historia con el nombre del ‘Siglo de las Guerras Mundiales’ sino con otro nombre mucha más significativo: Siglo del Feminismo Victorioso”.
Con esta frase, Maria Eva Duarte de Perón anunciaba, lo que sería -sin dudas- un cambio de rumbo en la política del país. Este concepto estaba unido no solo a la idea de una integración de la mujer en la acción cívica y política en Argentina sino que se extendía a las demás mujeres del mundo.
Evita no fue feminista en el sentido de los contenidos libertarios del movimiento histórico mundial pero con su protagonismo llevó a la participación de la mujer en la esfera pública.
Emprendió la campaña por el sufragio femenino persuadiendo a los legisladores y creando conciencia en las mujeres que tímidamente empezaban a ver en el Peronismo un canal de participación.
El 23 de septiembre de 1947, en una agitada sesión y con el acuerdo de todos los bloques, el Congreso sancionó la ley 13.010, y así la vieja aspiración del sufragio femenino se hizo posible. El peronismo concretó una pretensión sostenida desde hacía décadas por socialistas y anarquistas (hacia 1945, ya se habían presentado una gran cantidad de proyectos en el Congreso, pero estos habían sido neutralizados por los partidos conservadores). Fue un día histórico en nuestro país no solo porque se instituyó el voto de las mujeres y para su eficaz cumplimiento fue creado el padrón electoral de la Nación, hasta ese momento algo inexistente, sino por sobre todo por darles la posibilidad hasta entonces vedada de ser elegidas, principal argumento de su participación política.
En unos pocos artículos se resumía una larga historia de lucha, de esperanzas, de opresiones y desigualdad. Una lucha prolongada que no empezó ni terminó con Evita.
Las primeras mujeres que se ocuparon y preocuparon por organizarse en torno al tema de la participación política fueron las militantes del Partido Socialista y las anarquistas que siguiendo el ejemplo de sus pares europeas comenzaron a fundar entre el 1900 y el 1910 una serie de agrupaciones en defensa de los derechos de la mujer.
Desde que en 1918 Julieta Lantieri fundó el Partido Feminista Nacional, del cual fue candidata a diputada en 1920, numerosos intentos se dieron en nuestro país por lograr la igualdad de derechos. En el mismo año, el Partido Socialista llevó a Alicia Riglos de Berón de Astrada también como candidata a diputada. Una luchadora del mismo partido, Alicia Moreau de Justo organizó la Asociación Pro Sufragio Femenino y la Unión Feminista Nacional. También es importante mencionar la Constitución santafesina de 1921, que, aunque lejos del ideal, incorporó un "voto calificado" para las mujeres.

El primer proyecto presentado en el Congreso Nacional en el sentido de igualar en sus derechos a las mujeres con los varones fue del diputado radical Rogelio Araya, en 1919. El radicalismo concurrió a las elecciones de febrero de 1946 con la consigna de luchar por la sanción de los derechos políticos de la mujer.
Con el golpe de estado de 1930 se anularon las posibilidades de reconocimiento femenino. La historia volvía a empezar pero la lucha continuaba. Debieron esperar hasta la llegada del gobierno de Perón para que, finalmente, la mujer triunfara sobre las incomprensiones y las negaciones de la época.
“El voto que hemos conquistado es una herramienta nueva en nuestras manos. Pero nuestras manos no son nuevas en las luchas, en el trabajo y en el milagro de la creación”.
“Nosotros ya hemos hecho, solos, demasiadas cosas raras y hemos embrollado todo, de tal manera, que no sé si podrá arreglar de nuevo el mundo. Tal vez la mujer pueda salvarnos, a condición de que no nos imite. Yo recuerdo bien aquella lección del General. Nunca me pareció tan claro y tan luminoso su pensamiento. Eso era lo que yo sentía”.
Las palabras de Evita en su discurso del 23 de septiembre de 1947 fueron claras. Definió lo que ella y el presidente Perón pretendían: una mujer que, sin desentenderse del hogar y desplegando sus virtudes de madre, podía vigilar y atender la marcha de los asuntos del país y una mujer que tímidamente empezaban a ver en el Peronismo un canal de participación. Esto se pudo notar en las elecciones del 11 de noviembre de 1951 cuando de un total de 3.816.654 votantes el 63.9% apoyó la fórmula Perón- Quijano dejando entrever un ultrafondo político en la movida del peronismo de incluir a las mujeres en la masa sufragantes.
A partir del ejercicio de la ciudadanía, el peronismo le había permitido a las mujeres la posibilidad de participar en las estructuras de un partido político, el Partido Peronista Femenino, fue creado en el mes de julio de 1949, cuando mil mujeres, delegadas de todo el país y reunidas en asamblea, proclamaron a Eva Perón presidenta del mismo.
El poder generado por Eva permitió que esta organización femenina obtuviera 23 bancas de Diputadas Nacionales (sobre un total de 34), 3 Delegadas Nacionales a la Cámara de Diputados (sobre un total de 11), la Vicepresidencia de la Cámara de Diputados 1953-55, y la Vicepresidencia de la Cámara de Senadores durante el período 1954-55.
De todas maneras, ya sea por conveniencia, por convicción o por especulación política, la medida fue justa, merecida y necesaria. Hoy podemos celebrar que desde hace casi 60 años, la igualdad comenzó a sentar las bases en la Argentina.

El 23 de septiembre de 1947 fue dado un paso fundamental para que sean sumadas las mujeres a la vida pública nacional y contribuyeran desde su particular visión a la construcción de una sociedad más justa pero ese fue el primero de un largo y arduo camino que las mujeres deberán seguir recorriendo hasta lograr alcanzar la igualdad absoluta en todos los ámbitos de la vida.

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